Córdoba obrera

¿Qué fue el Cordobazo?

Por Alicia Servetto (*) • 29/05/2021 00:01 • Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

* Historiadora, docente e investigadora UNC

“Me animaría a decir que el Cordobazo fue un verdadero bautismo para las que nunca abandonamos la lucha” recuerda una protagonista femenina que vivió y protagonizó el Cordobazo. Expresiones ilustrativas de un tiempo agitado en el que la rebelión popular se enfrentó al proyecto autoritario y conservador de la dictadura militar de 1966.  El Cordobazo no fue la única expresión de lucha que se vivió en aquellos años. Hubo varias, y casi en simultáneo, en distintas ciudades como Tucumán, Rosario, Corrientes, Salta, las revueltas invadieron las calles y recordaron a los gobernantes que la política no podía aplastarse ni con las botas ni con las balas.

Días antes del cordobazo, el 14/5/1969 se realizó una asamblea en el Córdoba Sport, desobedeciendo la prohibición dispuesta por el ministro de Gobierno. Elpidio Torres (dirigente del SMATA), ante 5500 obreros, denunció la derogación del sábado inglés, y convocó a un paro de 48 hs a partir del día siguiente. La guardia de caballería de la policía de la provincia reprimió brutalmente a los afiliados que no habían podido entrar. Y luego arrojó gases lacrimógenos al interior del Club, por lo cual los obreros debieron romper los techos de fibro cemento para combatir la acción de los gases.  A raíz de estos incidentes la delegación regional Córdoba de la CGTA, dio a conocer una declaración:

“Córdoba ha dicho basta a la dictadura, ha dicho basta al atropello, ha dicho basta a la congelación de salarios, a la supresión del sábado inglés, a las quitas zonales, a la derogación de los convenios, a las cesantías, a las persecuciones, a la mordaza política y social.”

En respuesta, las dos CGT nacionales decretaron un paro nacional para el 30 de mayo.En Córdoba, se decidió adelantar un día la jornada de protesta, convocando a un paro activo para el 29/5. Fueron los gremios del SMATA (Elpidio Torres), UTA (Atilio López) y Luz y Fuerza (Agustín Tosco) quienes se pusieron al frente de la protesta

Por la mañana del día 29, obreros y estudiantes salieron unidos a las calles de Córdoba. Varias columnas, desde distintos puntos de la ciudad, siguieron la ruta planificada. Al mediodía, y como resultado del enfrentamiento con la policía, fue asesinado el obrero metalúrgico Máximo Mena. Este hecho trágico crispó los ánimos, y la furia y la indignación precipitaron el conflicto y el enfrentamiento. La protesta derivó en una revuelta popular y la población se volcó a las calles. El saldo oficial, según la prensa de la época, fueron 34 muertos, 400 heridos y 2000 detenidos.  El telón de fondo fue una crisis de la dominación social y de un orden político incapaz de contener y regular los conflictos.

A partir de entonces, nada volvió a ser igual. De allí que la expresión con el aumentativo azo sea descriptivo y performativo al mismo tiempo, porque cada pueblada, protesta o movilización que aparecieron con posterioridad lo hicieron con una significativa fuerza disruptiva. Si el ejercicio de la política estaba clausurado, los canales de representación prohibida, la mediación partidaria anulada, la política resurgió por otro lado, en otros espacios, y las calles se transformaron en el lugar escogido para hacerse escuchar. Desde abajo, comenzó a impugnarse cualquier esquema de poder que los excluyera económicamente, socialmente y políticamente.