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#LaMesaQueFaltaba: se presentó la Mesa Agroalimentaria Argentina

La organización pone el foco en la urgencia de dar respuestas a la crisis alimentaria, garantizar el abastecimiento de alimentos de calidad y a precios justos. El objetivo es construir un modelo agrario que garantice la soberanía alimentaria.

Las organizaciones que se reconocen como el “otro campo” presentaron el miércoles su propio espacio: la Mesa Agroalimentaria Argentina, bajo el lema “El campo que alimenta y construye Soberanía Alimentaria”.

Dirigentes de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT), del Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra Via Campesina (MNCI ST) y de la Federación de Cooperativas Federadas Ltda. (FECOFE), anunciaron la creación este nuevo espacio de representación del ámbito rural, desde el Centro de Formación e Investigación Campesina (CEFIC Tierra) y finca recuperada, en el norte de Mendoza.

Teniendo en cuenta el contexto social destacan que «el alimento y su acceso (o la imposibilidad de acceso) están en el centro del debate público y requieren de medidas urgentes por parte de todos los actores involucrados. Por eso, desde «el otro campo», varias voluntades unidas y organizadas nos damos la tarea de dar respuesta a la situación», indican en el comunicado oficial.

Destacan que entre las agrupaciones están quienes producen las verduras que se comen en las mesas argentinas; las cooperativa lácteas de los pueblos que proveen leche a fábricas y grandes empresas; granjeros y granjeras que abastecen localmente huevos y carne; cooperativas de pequeños productores de frutas, entre muchas otras agrupaciones, familias y organizaciones sociales.

«Somos cientos de miles de campesinos y campesinas, de pequeños y medianos productores y productoras, trabajadores y trabajadoras de la tierra a lo largo y ancho de nuestro país».

«Somos ese campo que supo luchar por otro modelo de país en el Grito de Alcorta, en las Ligas Agrarias, en la defensa del monte y la resistencia a los desalojos, en los verdurazos, somos jóvenes rurales, mujeres que defienden los territorios. ¡Somos el campo que alimenta!», continúa el comunicado.

La Mesa pone el foco en la urgencia de dar respuestas a la crisis alimentaria, garantizar el abastecimiento de alimentos de calidad y a precios justos. El objetivo es construir un modelo agrario que garantice la soberanía alimentaria.

«Entendemos el alimento como un derecho y por eso el Estado tiene el deber de promover un modelo productivo que garantice ese derecho para todo el pueblo argentino; un modelo que asista y acompañe a los sectores que producimos los alimentos y desarrolle los mecanismos de intervención necesarios en la cadena de producción y comercialización para garantizar un precio final justo, que garantice el acceso a una alimentación adecuada y saludable a todo el pueblo argentino», señala la agrupación.

«Estamos en un momento histórico donde en todo el mundo se debate sobre el dilema del hambre y los modelos de producción y distribución de alimentos. La pandemia terminó de exponer un sistema perverso donde más del 45% de los alimentos se desperdicia mientras casi 1.000 millones de personas pasan hambre», señalan al tener en cuenta el contexto que se vive.

La organización, también propone y señala que «Naciones Unidas se encamina a una Cumbre de Sistemas Alimentarios que pretende debatir las medidas necesarias para garantizar el derecho a la alimentación global. Argentina puede protagonizar un nuevo paradigma en sintonía con la Declaración de Derechos Campesinos y otras personas que trabajan en áreas rurales que sancionó la Asamblea General de la ONU o, por el contrario, quedar del lado del lobby de las corporaciones». 

Del acto participaron representantes de UTT, MNCI ST y de FECOFE, productores y productoras campesinas, de la agricultura familiar, miembros de pequeñas y medianas cooperativas de más de 18 provincias de Argentina.

En el comunicado, una de las últimas ideas que cierra señala que «este camino tiene pasos concretos a dar, como la Ley de acceso a la Tierra; el financiamiento adecuado y acorde a la necesidad y realidad del sector; las normativas de habilitación de faena, elaboración y transporte integrado a nuestro sector; un impulso real y promoción a la agroecología como modelo productivo; y el Estado como gran comprador que debe abastecerse de nuestro sector para la implementación de políticas sociales y alimentarias».